El 20 de marzo se hizo la última entrega del Sexto Informe de Evaluación (AR6) del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), una tarea de ocho años del organismo científico más autorizado del mundo sobre cambio climático. Basándose en los hallazgos de 234 científicos sobre la ciencia física del cambio climático, 270 científicos sobre los impactos, la adaptación y la vulnerabilidad y 278 científicos sobre la mitigación, este informe de síntesis del IPCC proporciona la mejor y más completa evaluación científica disponible sobre el cambio climático en 37 páginas.
Desde el equipo de SSF destacan 10 puntos que se presentan a continuación:
(1) No hay duda de que los seres humanos somos los responsables del cambio climático. Ya observamos un aumento de 1,1°C por encima del promedio 1850–1900. La actividad natural (solar y volcánica) es responsable de afectar entre -0,1°C a +0,1C la temperatura promedio global. La variabilidad interna fue del orden de -0,2°C a +0,2C. No hay duda, somos nosotros.
(2) Las emisiones de gases de efecto invernadero no dejan de aumentar debido al uso insostenible de la energía, el uso de la tierra, los cambios en el uso de la tierra, los estilos de vida y los patrones de producción y consumo. Las emisiones netas antropogénicas se estimaron en casi 60 GtCO2-eq* en el 2019, un 12% más altas que en 2010 y un 54% más altas que en 1990.
*El número en el reporte es de 59±6.6 GtCO2-eq (Giga toneladas de dióxido de carbono equivalente anual). Para referencia, 1 tonelada de CO2 es una esfera con 10 metros de diámetro. Un giga contiene un millón de toneladas.
(3) Estamos modificándolo todo, muy rápido y eso tiene consecuencias. Se han producido cambios generalizados y rápidos en la atmósfera, el océano, la criosfera y la biosfera. El cambio climático causado por los seres humanos ya está afectando la frecuencia, intensidad y duración de muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones del mundo. Esto ha provocado impactos adversos generalizados y pérdidas y daños relacionados con la naturaleza y las personas.
(4) Los menos responsables son los más afectados. Las comunidades vulnerables que históricamente han contribuido menos al cambio climático actual se ven afectadas de manera desproporcionada. Entre 2010 y 2020, la mortalidad humana por inundaciones, sequías y tormentas fue 15 veces mayor en regiones altamente vulnerables, en comparación con regiones con vulnerabilidad muy baja. Aproximadamente la mitad de la población mundial experimenta actualmente una grave escasez de agua durante al menos parte del año debido a una combinación de factores climáticos y no climáticos.
(5) Las políticas actuales, no alcanzan. Y los compromisos anunciados, tampoco. Teniendo en cuenta las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) anunciadas hasta octubre de 2021, hacen probable que el calentamiento supere los 1,5 °C durante el siglo XXI y dificulten limitar el calentamiento por debajo de los 2 °C. Con la tendencia actual de emisiones iríamos hacia escenarios de mucho mayor calentamiento global, pero incluso considerando los compromisos enunciados tampoco estamos a la altura del objetivo que se acordó con la firma del Acuerdo de París, basado en la mejor ciencia disponible, para seguir teniendo un planeta habitable. Se recomienda que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero se reduzcan al 2030 un 43% respecto a los niveles de 2019 (que son prácticamente los actuales), un 60% en 2035 y un 84% en 2050.
(6) Varias opciones de mitigación, energía solar, energía eólica, electrificación de los sistemas urbanos, infraestructura urbana verde, eficiencia energética, mejor gestión de cultivos/pastizales y bosques, reducción de desperdicio y pérdida de comida, son técnicamente viables y están mejorando su costo-beneficio. Desde 2010 a 2019 ha habido disminuciones sostenidas en el costo unitario de la energía solar (85%), energía eólica (55%) y baterías de litio (85%) y grandes incrementos en su utilización.La adopción de tecnologías de bajas emisiones sufre retrasos en la mayoría de los países en vías de desarrollo, debido en parte al limitado financiamiento, transferencia y desarrollo de tecnologías y capacidades. El financiamiento público y privado para los combustibles fósiles sigue siendo mayor que el destinado a adaptación y mitigación climática.
(7) Todas las simulaciones globales que limitan el calentamiento entre 1.5°C y a 2°C implican la rápida y profunda reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, en la mayoría de los casos inmediata, en todos los sectores durante esta década. La “ventana de oportunidad” que la humanidad tiene para asegurarse “un futuro habitable y sostenible para todos” se “cierra rápidamente”.
(8) Hay una ventana de oportunidad para asegurar un futuro sostenible y habitable para todos. Las decisiones y acciones que ejecutemos en esta década tendrán impactos ahora y por miles de años. Las acciones gubernamentales (subnacionales, nacionales e internacionales) con la sociedad civil y el sector privado juegan un rol crucial para generar y acelerar los cambios en el camino al desarrollo climático resiliente y sustentable. El desarrollo climático resiliente será posible cuando todos los actores tomen decisiones de desarrollo inclusivas, priorizando la reducción de riesgos, la equidad y justicia, teniendo en cuenta las diferencias existentes.
(9) Las acciones de adaptación y mitigación que prioricen la equidad, la justicia social, la justicia climática, los enfoques basados en derechos humanos y sean inclusivos llevarán a resultados más sustentables, apoyarán cambios transformadores y el avance en el desarrollo de resiliencia climática. La vulnerabilidad es exacerbada por la inequidad y la marginación vinculada a cuestiones como el género, las etnias, los bajos ingresos, los asentamientos informales, las discapacidades, la edad y los patrones de inequidad como el colonialismo, especialmente para indígenas y comunidades locales. Integrar la adaptación climática a los programas de protección social, incluyendo transferencias monetarias y programas de trabajo públicos, es altamente factible y aumenta la resiliencia al cambio climático, especialmente cuando se cuenta con el apoyo en infraestructura y servicios básicos.
(10) Hay suficiente capital global y liquidez para cerrar la brecha de inversión global, dado el tamaño del sistema financiero global, pero existen barreras para redireccionar el capital a la acción climática. Los flujos financieros relevados están por debajo de los niveles que se necesitan para la adaptación y para lograr los objetivos de mitigación en todos los sectores y regiones. Acelerar el apoyo financiero de los países desarrollados y de otras fuentes a los países en vías de desarrollo es crítico para mejorar las acciones de adaptación y mitigación y abordar la inequidad en el acceso a financiamiento. La cooperación internacional es crítica para lograr las ambiciones en materia de mitigación al cambio climático, adaptación y desarrollo de resiliencia climática.
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Autoras: Iara Papczuk y Nasha Cuello Cuvelier
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