El desafío que plantea la transición energética es aún más complicado por las repercusiones de la energía y escasez causadas por la guerra en Ucrania. La transición energética hoy abarca dos temas clave: la seguridad y asequibilidad de energía.
Bajo estas premisas el informe BP Energy Economics Outlook 2024 plantea un escenario más de desafiante.
El economista Spencer Dale habló sobre las futuras tendencias y de un crecimiento más rápido en energía eólica y solar y una aceleración significativa en mejoras en la eficiencia energética, junto con el creciente uso de toda una gama de otros productos bajos en carbono fuentes y tecnologías de energía, incluyendo biocombustibles, bajas emisiones de carbono captura de hidrógeno y carbono, uso y almacenamiento (CCUS).
El estudio indica que el crecimiento del hidrógeno con bajas emisiones de carbono está en gran medida concentrado en los mercados regionales. El costo relativamente alto de transporte de hidrógeno, especialmente en su forma pura, significa que el comercio del hidrógeno bajo en carbono se concentra relativamente localizada a nivel regional.
La demanda de hidrógeno en la Unión Europea crece a alrededor de entre 5 y 10 Mtpa para 2035 en la trayectoria actual y Net Zero, de los cuales alrededor la mitad se utiliza en forma pura hidrógeno.
“Este hidrógeno puro es utilizado como materia prima en refinación, para alimentar el calor de alta temperatura procesos en la industria, en edificios, y en el transporte, en particular para transporte pesado”, señaló el informe.
Según las previsiones de BP, el uso del hidrógeno se va acelerar hasta 15 y 40 Mtpa, aproximadamente, al 2050 en Europa.
Otro de los temas clave que plantea el informe estadístico es la inversión en capacidad eólica y solar que viene aumentando junto con la inversión en petróleo y gas natural.
El rápido crecimiento de la energía eólica y solar requiere una mayor inversión en relación con el pasado reciente. A pesar de la disminución de la demanda, las perspectivas de inversión en el upstream siguen en franco crecimiento.
En términos generales, la inversión acumulada en energía eólica y capacidad solar asciende a U$S 14 billones y U$$ 28 billones en Net Zero.
- Otro punto importante es el aumento sustancial de la demanda de minerales críticos a medida que avanza el proceso de transición energética.
“Cualquier camino debe apuntar hacia una economía baja en carbono”, advierte el trabajo de BP, y agrega que el sistema energético requiere de importantes aumentos en el uso de una variedad de minerales críticos para la infraestructura y activos que apoyan la transición. Es una reingeniería del mundo para producir, distribuir y emplear cada vez más niveles de energía baja en carbono.
La tendencia hacia una mayor electrificación incluye la extensión de la transmisión y redes de distribución, el uso rápido y crecimiento de la energía eólica y capacidad solar y el uso de baterías para proporcionar una fuente de flexibilidad.
Para BP estas crecientes demandas de energía baja en carbono, junto con la expansión económica más amplia han generado enormes perspectivas para el uso de una gama de diferentes minerales, entre ellos cobre, litio y níquel.
En el caso del cobre se prevé un crecimiento de la demanda que rondaría entre el 70% y 100% para 2050. La mayor parte de la creciente demanda de cobre dentro del sistema energético proviene de su uso en el sector eléctrico.
Para el litio, en cambio, se estima una creciente importancia en el uso de baterías en el futuro, especialmente en vehículos eléctricos y un uso que podría aumentar entre 8 y 14 veces para 2050.
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